Cuando Mari Puri, menor de edad, te cuenta de manera llana, sincera y sin inmutarse como le prendió fuego a la puerta de la vivienda de su ex, el alma se le cae a los pies a uno.
¿Que sociedad hemos generado? Estos jóvenes son víctimas del vacio existencial. Una sociedad basada en el consumo y en el tener, donde se niegan principios morales, éticos y sociales, es una sociedad destinada en la infelicidad, aunque no se den cuentan. El dinero es el único valor, pero sin esfuerzo.
Afortunadamente, no todos son como Mari Puri, nombre figurado de unos hechos reales, pero ella no es un caso aislado, basta pasarse cualquier mañana por el Juzgado de Menores y entrar en la sala donde se celebran los juicios. No saben lo que hacen, ni se inmutan, hacen lo que quieren sin frenarse por nada, no distinguen lo bueno de lo malo.
Es urgente, que todos demos un giro a esta sociedad, sino muchas serán las víctimas y las víctimas de estas.
RAMON SANCHEZ HEREDIA
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