Es curioso como vamos eliminando las tradiciones y costumbres, para covertirlas en cuestión de mercado. Esto esta pasando con la Navidad, no ya el aspecto religioso sino el cultural esta siendo aniquilado por el consumismo actual.
El alumbrado de Navidad, no es por la fiesta, es para incentivar la actividad comercial, cada día empieza este alumbrado antes, incluso antes que acabe el año liturgico y comience el adviento, el tiempo de preparacióna la Navidad. Se derrocha, como pasa en Cádiz, en energía y en dinero, más de 300.000 euros, 50 millones de pesetas para que nos entendamos, mientras que la ciudad mantiene muchas deficiencias sociales.
Se destruye el espiritu de la Navidad, y repito no sólo religioso sino el cultural, una época familiar y solidaridad, una época de renacer el hombre. Pues no, ahora son cotillones, regalos y más regalos, cenas de Navidad (donde se reunen personas que ni se conocen ni se importan), en resumen derroche, de los que pueden incluso de los que no pueden para no ser extraños, aparentar o por mimetismo.
Me asquea, no lo aguanto. En Cádiz el alumbrado es hasta políticamente correcto, no hay ningún símbolo cristiano, ni un rey mago, ni un belén. No, lo que importa es esta sociedad del tener, donde no importa el hombre y donde este es cada día más infeliz. Lamentable.
Por cierto, con este derrohe de luz intantan conseguir votos en las municipales, saben que los excluidos no tienen ilusión ni para ir a votar.
RAMON SANCHEZ HEREDIA
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