Esta noche he participado en una oración comunitaria, organizada por la cofradía de la Luz y Agua, en el Oratorio de San felipe Neri, precisamente donde se aprobó la Constitución de 1812. El objeto era solidarizarnos con los trabajaodres de Delphi y sus familias, los cuales padecen desde hace unos días el posible cierre de la factoria. Un total de 5.000 trabajadores entre directos e indirectos.
Nuestra oración era un grito también contra ese capitalismo, el del neoliberalismo, el de la globalización, que corre por el mundo llevando el dinero para tratar de ganar más que el año anterior, sin ningún tipo de valor ni principio. Un capitalismo al que al ser humano le da menos valor que a cualquier maquinaria o cualquier jugada de ingeniería financiera, solamente les vale acumular más capital.
Es cruel que Delphi, contrata hace unos años a un directivo especialista en cerrar, si no es una equivocación, no en desarrollar la empresa sino en cerrarla, pero claro capitalizando para que los propietarios ganen más que produciendo. Es un ejemplo, que esta pasando en todo el mundo, se cierra una empresa aquí para montar otra, claro que en un país donde se paga menos salarios y haya más horas de trabajo y menos derechos laborales. Antes vinieron aquí por lo mismo, ahora se van.
Esto no es exclusivo de las empresas americanas, las españolas han hecho lo mismo, sino que pregunten en las cercanías de Tanger y Tetuan, en Marruecos, y comprobaran las empresas textiles o de conservan que se han instalado allí.
Este tipo de desarrollo insostenible, cada vez deja más víctimas, ¿hasta cuando?, y los responsables políticos mirando hacía otro lado. Esta claro, es necesaria una nueva economía donde el ser humano vuelva a ocupar el primer plano.
¡¡¡ENTRE TODOS APOYEMOS A QUE DELPHI NO SE CIERRE¡¡¡
RAMON SANCHEZ HEREDIA
1 comentario:
Mi querido Ramón: Me parece mentira que alguien como tú que se dedica a la política (eres candidato de un partido para la alcaldía de Cádiz)mezcle lo divino con lo humano en orden al conflicto de Delphi, y a resto de la piratería de ese capitalismo feroz del que hablas, y que además coincidimos en lo de su insaciable voracidad. Las plegarias y los rezos de nada valen para estos asuntos. Sólo las acciones humanas podrían servir para algo en esta despiadada guerra de intereses. No seas infantil, mi querido amigo. JUAN ALBORA
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